La escuela es precisamente un escenario de construcción sociocultural que valida o no los referentes de organización de la sociedad, patrones normatizados y normalizados de lo genérico y sexual y de las relaciones de producción –reproducción en correspondencia a la intencionalidad del modelo político imperante. Es en este sentido que toma relevancia su intervención pedagógica, su constante reflexión y el debate de ideas que su esencia propicia.
Durante los múltiples aprendizajes sociales que se producen por el hecho de vivir inmersos en una cultura, la sociedad educa sexualmente a sus miembros como parte de los procesos de socialización, tomando relevancia espacios como la escuela, donde se ha producido-reproducido una minimización de la sexualidad a la dimensión biológica de la genitalidad; en segundo lugar, una focalización en la información sobre dicha dimensión como único eje visible de la educación sexual de ahí que se base principalmente en el uso de condón y prevención de embarazo y, por último, el supuesto de que la educación sexual solo puede ser posible en la escuela siempre y cuando sea una asignatura, una cátedra o un tema en un programa, y que esta solo le corresponde ser dictada por expertos y disciplinas afines.
Estamos por una escuela que eduque en la sexualidad como un concepto que integra la historia personal de cada individuo, incluyendo su contexto histórico y sociocultural, sus cuerpos, sentimientos y emociones, basada en la verdad y no en los prejuicios; que explique todo lo que tiene que explicar incluyendo el reconocimiento de la variable gama de vivencias de lo erótico y afectivo que considere otras funciones de la sexualidad además de la reproductiva; que las acciones sean lo suficientemente profundas para ayudar a aprender, a adoptar o cambiar actitudes, valores y comportamientos. La Educación Sexual colaborará en la educación integral de cada niño y niña; contribuirá en la formación de personas más responsables, más felices, más concientes y responsables de su propio cuerpo y de las posibilidades de goce y placer que éste les puede brindar.
La reflexión en la escuela debe proponer la intervención en las practicas pedagógicas y didácticas con perspectiva de géneros y diversidad que contribuya a la transformación de los estereotipos sexistas y homo-lesbo-bi-trans-fóbicos en los textos de estudio y en las prácticas pedagógicas, que atraviese por un esquema de intervención curricular para la inclusión de los temas de diversidad en la escuela, que confronten y formen en aspectos como patrones de género y rol, diferenciación entre las posibles relaciones que el individuo puede generar con quienes me rodean, las reflexiones sobre la preferencia e identidad sexual, formas de relacionamiento social y estilos de vida saludables y responsables y la promoción de la consolidación de la identidad en el marco del conocimiento de otras y de la propia.
El quien y como se enseña toma relevancia en el entendido de que es el docente quien replica o referencia conocimientos e imaginarios de respeto, reconocimiento o de discriminación, valores que no dependen de una u otra disciplina, es ahí importante que dicha perspectiva se trabaje en las facultades de educación y demás espacios formativos de educadores.
Igualmente la escuela debe diseñar planes para erradicar prácticas fóbicas por orientación sexual e identidades de genero por parte de estudiantes y docentes, que, a su vez, contribuyan a que los/as estudiantes vivan en ambientes de respeto y reconocimiento de la diversidad, se requiere de la implantación de medidas afirmativas en planes, programas y manuales de convivencia que incluyan, integren y protejan a las personas LGBT en el sistema educativo y en la escuela.
En este panorama, incluir corrientes de diversidad en la escuela puede entenderse como:
- Conquista de espacios y derechos: Parte de la lucha es por lograr que en las escuelas se cuente con espacios propios para el reconocimiento y el autoreconocimiento de la población LGBTI, así como porque se respeten sus libertades en igualdad de derechos y se cuente con acciones afirmativas para el retorno, inclusión y la integración.
- Intervencion en curriculo y estandares: Mientras que la diversidad sexual y de género no esté incluida y transversalize el currículo, seguirá siendo un tema optativo en un contexto sexista y homo-lesbo-bi-trans-fóbicos.
Hacen falta estándares que explícitamente hablen de identidad y diversidad como posibilidades y opciones, que vinculen a docentes, estudiantes y padres de familia.
- Cotidianizar lenguajes e ideas: en la medida en que se empiecen a nombrar, visibilizar y a reconocer posibilidades sexuales y de géneros diferentes a las normalizadas y normativas, se avanza en romper los paradigmas frente a la diversidad y las respuestas violentas a personas LGBTI.