PENSAMOS

1.      EL CUERPO LIBRE VS EL CUERPO MERCANTILIZADO
 Hoy el capital no sólo espera controlar la producción y reproducción de los cuerpos para que en el tiempo del trabajo (en una lógica del beneficio según el tiempo de uso) se expropie la plusvalía, ahora requiere y necesita apropiarse de los excedentes de vida de los cuerpos (conocimientos populares, capacidades cognitivas, moda, sexualidad, diversión), de lo común que rebasa lo público (el agua, las ciudades que ahora las llaman competitivas, el aire, el transporte, la metrópolis); y esto excedentes se producen todo el tiempo, pues es lo común lo que nos conecta con todas las demás personas o singularidades.
El  capital requiere cuerpos dóciles y libres relativamente. En el momento postfordista que vivimos, las identidades LGTBI afloran de forma “ordenada” e “institucionalizada” en el mercado laboral y el mercado político, donde hablar de los y las LGTBI ya es políticamente correcto. Lograr integrar en la marginalidad por medio del consumo y la guettización a la población diversa, es el acto de asimilación sobre la emergencia de una nueva clase precarizada que requiere de los cuerpos en su totalidad, sin importar su ajuste al modelo cultural, utilizando sus singulares necesidades para apropiarse de la riqueza que produce su trabajo en relación con la sociedad; en otras palabras, ya no somos excluidas y excluidos por no ser ajustados al cuerpo obrero clásico sino que somos segmentados para apropiarse de nuestro excedente vital haciendo uso de las necesidades que nos genera la misma exclusión (el afecto, el reconocimiento social, la familia que no logramos conformar)
Hoy somos un mercado con doble funcionalidad oferta y demanda, producto y consumidor. Las leyes del libre mercado hábilmente encuentran sectores dispuestos para su proliferación y para la apropiación de cualquier tipo de capital (humano, cultural, económico). Existe una industria que se sustenta en la codificación y venta de los cuerpos femeninos y masculinos; ya sea en puestos de revistas, medios
electrónicos; en el abuso sexual, en el trafico sexual, en la mercantilización del deseo y la prohibición- clandestinacion del mismo a fin de encarecerlo y hacerlos mas atractivos.  Se comercian cuerpos bellos, comentarios ligeros, vanas preocupaciones, encantadores sitios, glamorosas vacaciones, vanguardistas modas a expensas de la imperiosa necesidad de socialización que impiden los espacios heterosexuales dominantes,  así el consumismo, despolitiza, violenta y aísla sumiéndonos en la invisibilidad social y despolitizada. .
Frente a esta situación retomamos planteamientos feministas de la decisión sobre el cuerpo propio, el derecho al placer, el derecho a la libertad sexual, nos oponemos a la hipocresía social y doble moral  dejando de lado los prejuicios por aquello que ocurre en el placer y en lo afectivo, impuesta desde los que mandan, estamos porque  la población en general retome responsable, conciente y autónomamente sus cuerpos y su derecho al placer, y comience a explorar otras formas no mercantilizadas ni coercitivas de lo sexual. 
  1. FORMAS DIVERSAS DE FAMILIAS O DE NO FAMILIAS
La familia concebida desde el patriarcado y la mirada occidental heterosexista y judeocristiana, es indispensable como lugar de reproducción ( de la especie) y producción ( para el capital) de las formas e ideologías, llevando a una división sexual del trabajo, donde las mujeres con el trabajo doméstico no asalariado y  las dobles jornadas, sostienen las economías del capitalismo; y a los hombres se les ata en la venta de su fuerza de trabajo y/o conocimiento intelectual.  Este tipo de familia  evidencia que la   relación macho –hembra se impone en la práctica como la única forma posible de organización: en lo privado y en lo colectivo.
Estamos por el reconocimiento social, cultural y político de nuevas formas de organización de la sociedad, que  subviertan roles de hombres y mujeres al servicio de  la forma de vida antisolidaria y neoliberal. Nos planteamos otras formas de organizar familias que atraviesan por la decisión individual de con o con quienes me relaciono en formas de convivencia cotidiana, económicas, de socialización  y afectivas, cuyo objetivo no sea la reproducción obligatoriamente y, que aún en los casos en que decidamos tener hijos biológicos y/o sociales, no crezcan  bajo los modelos patriarcales.

  1. UN SISTEMA EDUCATIVO INCLUYENTE E INTEGRADOR CON LA SEXUALIDAD, LA DIVERSIDAD SEXUAL Y DE GENEROS
La escuela es precisamente un escenario de construcción sociocultural que valida o no los referentes de organización de la sociedad, patrones normatizados y normalizados de lo genérico y sexual  y de las relaciones de producción –reproducción en   correspondencia a la intencionalidad del modelo político  imperante. Es en este sentido que toma relevancia su intervención pedagógica, su constante reflexión y el debate de ideas que su esencia  propicia.

Durante los múltiples aprendizajes sociales que se producen por el hecho de vivir inmersos en una cultura, la sociedad educa sexualmente a sus miembros como parte de los procesos de socialización, tomando relevancia espacios como la escuela, donde  se ha producido-reproducido  una minimización  de la sexualidad a la dimensión biológica de la genitalidad; en segundo lugar, una focalización en la información sobre dicha dimensión como único eje visible de la educación sexual  de ahí que se base principalmente en el uso de condón y  prevención de embarazo  y, por último, el supuesto de que la educación sexual solo puede ser posible en la escuela siempre y cuando sea una asignatura, una cátedra  o un tema en un programa, y que esta solo le corresponde ser dictada por expertos y disciplinas afines.
Estamos por  una escuela que eduque en la sexualidad  como un concepto que integra la historia personal de cada individuo, incluyendo su contexto histórico y sociocultural, sus cuerpos, sentimientos y emociones, basada en la verdad y no en los prejuicios; que explique todo lo que tiene que explicar incluyendo el reconocimiento de la variable gama de vivencias de lo erótico y afectivo que  considere  otras funciones de la sexualidad además de la reproductiva; que las acciones sean lo suficientemente profundas para ayudar a aprender, a adoptar o cambiar actitudes, valores y comportamientos. La Educación Sexual colaborará en la educación integral de cada niño y niña; contribuirá en la formación de personas más responsables, más felices, más concientes y responsables de su propio cuerpo y de las posibilidades de goce y placer que éste les puede brindar.

La reflexión en la escuela debe proponer la intervención en las practicas pedagógicas y didácticas con perspectiva de géneros y diversidad que contribuya  a la transformación de los estereotipos sexistas y homo-lesbo-bi-trans-fóbicos en los textos de estudio y en las prácticas pedagógicas,  que atraviese  por un  esquema de intervención curricular para la inclusión de los temas de diversidad en la escuela, que confronten y formen en aspectos como patrones de género y rol, diferenciación  entre las posibles relaciones que el individuo puede generar con quienes me rodean, las reflexiones sobre la preferencia e  identidad sexual, formas de relacionamiento social y estilos de vida saludables y responsables y la  promoción  de la consolidación de la identidad en el marco del conocimiento de otras y de la propia.

El quien y como se enseña toma relevancia en el entendido de que es el  docente  quien replica o referencia  conocimientos e imaginarios de respeto, reconocimiento o de discriminación, valores que no  dependen de una u otra disciplina, es ahí importante que dicha perspectiva se trabaje en las facultades de educación y demás espacios formativos de educadores.

Igualmente la escuela debe diseñar planes para erradicar prácticas fóbicas por orientación sexual  e identidades de genero  por parte de estudiantes  y  docentes, que, a su vez, contribuyan a que los/as estudiantes vivan en ambientes de respeto y reconocimiento de la diversidad, se requiere de la implantación de medidas afirmativas en planes, programas y manuales de convivencia que incluyan, integren  y protejan a las personas LGBT en el  sistema educativo  y en la escuela.

En este panorama, incluir corrientes de diversidad en la escuela puede entenderse como:

  • Conquista de espacios y  derechos: Parte de la lucha es por lograr que en las escuelas se cuente con espacios propios para el reconocimiento y el autoreconocimiento de la población LGBTI,  así como porque se respeten sus libertades en igualdad de derechos y  se cuente con acciones afirmativas para  el retorno, inclusión y la integración.

  • Intervencion en curriculo y estandares: Mientras que la diversidad sexual y de género no esté incluida y transversalize el currículo, seguirá siendo un tema optativo en un contexto sexista y homo-lesbo-bi-trans-fóbicos.

Hacen falta estándares que explícitamente hablen de identidad y diversidad como posibilidades y opciones, que vinculen a docentes, estudiantes y padres de familia.

  • Cotidianizar lenguajes e ideas: en la medida en que se empiecen a nombrar, visibilizar  y a reconocer posibilidades sexuales y de géneros diferentes a las normalizadas y normativas, se avanza en romper los paradigmas  frente a la  diversidad y   las respuestas violentas a personas LGBTI.
  1. CREENCIAS RELIGIOSAS EN CUANTO DERECHO DE QUIENES LAS ASUMEN, PERO NO COMO DEBER QUE PUEDA IMPONERSE A NADIE.  
Durante siglos, ha sido la tradición religiosa -institucionalizada en la iglesia oficial- la encargada de vertebrar moralmente las sociedades desde el confesionalismo y en occidente desde lo judeocristiano, dando patrones sociales aceptables  relacionados con la sexualidad en el margen de lo bueno y lo malo, lo natural y lo antinatural y, lo pecaminoso, que por su gran influencia han permeado a la familia, la escuela y el Estado.
Esto ha sido un gran limitante histórico en el reconocimiento de los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no normativas, colocando su argumento en la moral y las sagradas escrituras, cuyas iglesias lanzan pronunciamientos de odio y sustentan la persecución de grupos conservadores.
Las religiones pueden decretar para orientar a sus creyentes qué conductas son pecado, pero no están facultadas para establecer qué debe o no ser considerado legalmente delito. Y a la inversa: una conducta tipificada como delito por las leyes vigentes en la sociedad laica no puede ser justificada, ensalzada o promovida por argumentos religiosos de ningún tipo ni es atenuante para el delincuente la fe (buena o mala) que declara.
Abogamos por un modelo de sociedad laica, cuyas instituciones eduquen sin dogmas, en valores humanistas y universales, en la pluralidad y en el respeto a los derechos humanos, en el  respeto de la diferencia y de la diversidad, y en los valores éticos, no sexistas y democráticos.  Estamos por una  sociedad laica  donde “tienen acogida las creencias religiosas en cuanto derecho de quienes las asumen, pero no como deber que pueda imponerse a nadie”.

La sociedad demanda una secularización más intensa de la vida pública, por lo que  no aceptamos fórmulas para que la religión siga generando distorsiones en el ámbito escolar, familiar y estatal, que siga definiendo nuestros cuerpos, deseos y vivencias de lo erótico y lo afectivo. 
La laicidad no excluye ni mucho menos persigue las creencias religiosas, de modo que es necesaria una disposición secularizada y tolerante de la religión, incompatible con la visión integrista que tiende a convertir los dogmas propios en obligaciones sociales para otros o para todos.

5.      DERECHOS SOCIALES, ECONÓMICOS, CULTURALES Y AMBIENTALES, UN PUNTO DE PARTIDA.
La verdadera razón de ser del Estado es buscar la universalización de los derechos sociales, económicos y culturales en pro del bienestar para la población. El sector de personas LGBT debe enarbolar esta bandera, la equidad y solidaridad son principios que coordinan perfectamente con esta visión.
Las personas trans quizás son las mas discriminadas en el ejercicio de los DESCH, la educación, la salud y el trabajo se restringe por el como se visten y se expresan. Despidos laborales  y el no ingreso a ciertos cargos son sustentados en identidades de género no aceptables. Es importante la lucha por la inclusión e integración de las personas LGBTI en especial las  trans al sistema educativo, a programas  productivos de largo alcance,  sostenible y de desarrollo solidario para una mejor calidad de vida, que cambie desde oportunidades sociales  paradigmas culturales de discriminación ocupacional y profesional a las personas LGBT. 
Encontramos instituciones de salud prejuiciosas y negligentes respecto
a nuestras necesidades específicas, es importante el trabajo por protocolos que nos incluyan en nuestras particularidades.  El estigma y discriminación al cual  se ha asociado problemáticas de salud pública como el Vih- Sida no pueden ser al excusa para obviar el tema,  abordarlo como una realidad latente que precisamente en la exclusión hace de este sector vulnerables y prevalentes a la infección, programas de prevención primaria y secundaria deben contemplarse en la política publica en salud.

Toma relevancia en medio de la crisis  y revisión al  sistema de salud en estos momentos, temas relacionados con la reasignación de sexo, el acompañamiento psicosocial y biomédico de procesos de transito de géneros, aspectos que al no ser concebidos en el sistema actual, planes obligatorios de salud POS  y las políticas publicas en salud  ha llevado a que las personas trans  accedan a su proceso de transito sexual y de genero en muchos casos desde métodos rudimentarios, domésticos y clandestinos, poniendo su salud, bienestar  y su propia su vida en peligro.
  1. DE  LAS REFORMAS  JURIDICAS A  POLITICAS PUBLICAS Y  REFORMAS ESTRUCTURALES
Las estructuras por derribar aun se resisten, es admirable el trabajo hecho por el sector LGBTI, múltiples ganancias en el plano normativo –jurídico demuestran el avance  formal en el tema y la ganancia de ciertos derechos  para la población LGBTI en Colombia, diferentes sentencias de la corte constitucional hoy reconocen la igualdad civil, penal y judicial para  las parejas del mismo sexo. Sin embargo esto no ha implicado necesariamente que el mismo sector LGBTI  y la sociedad nos  reconozcan como sujetos de tales derechos, pareciera que la discriminación pasó a niveles de voz baja y el reconocimiento de derechos y ciudadanía  se limitara a cuestiones de tolerancia.
 Dichos avances siendo importantes tienen un sesgo y es precisamente que abordan en exclusivo el tema de la opción sexual “ la sexualizacion”  y deja por fuera lo referido a la identidad de genero,  si bien los cambios generados en las leyes, políticas y programas de gobierno como acciones afirmativas hacia el sector de personas LGBTI han intentado mejorar nuestras condiciones de vida, también es cierto que no han sido suficientes y resultan ser transitorias si no se acompañan de cambios de fondo que confronten el modelo.
 Estos cambios no pueden ser el fin último de nuestras razones y acciones, son herramientas que apuntan hacia la construcción de una sociedad justa, comunitaria y enmancipada frente a los cánones establecidos por la cultura monopólica. Requerimos trabajar por un enfoque de políticas públicas que intervenga los determinantes sociales estructurantes que generan inequidades, si bien la discriminación positiva es un avance para nuestro reconocimiento como ciudadanos y ciudadanas de derechos, nuestro máximos no pueden ser lo heteronormativo y ser asumidos desde el enfoque de política social  imperante de la focalización para pobres y vulnerables, se requiere  un enfoque de equidad y universalización  que reconozca nuestros derechos en relación con los de los demás.  
La justicia social en un marco más amplio, genera un desafío ante la indiferencia, ante el olvido constante al que nos abocan los medios para evitarnos las angustias de los pobres, los excluidos, sin recordar siquiera que somos parte de ellos, que la ausencia de oportunidades también nos ha tocado y que hemos vivido la exclusión de mil maneras que ni nos atrevemos a confesar. Debemos contribuir de manera consistente a garantizar la justicia para todos.      
El cambio de los significados, discursos, representaciones, imaginarios y prácticas de la sociedad deben convertirse en el fin último de nuestras luchas y el sustento para la acción social de nuestro sector.
  1. CONTRA LAS FOBIAS Y CRIMENES DE ODIO  POR ORIENTACION SEXUAL E IDENTIDAD DE GENEROS.
Aunque existen leyes y políticas públicas a favor del sector en el país, estas todavía no se parecen a la realidad. La discriminación está prohibida por ley, sin embargo, persiste, es cruel, cotidiana, y se extiende a todos los ámbitos de la sociedad.
La justicia para los comunes casos de violencia, incluida la de estado (con instituciones incompetentes y tendenciosas) deber ser un elemento unificador. El seguimiento y la denuncia es una herramienta fuerte en contra de las estructuras de poder que perpetúan estas situaciones.
.Los LGBTI nos encontramos con pautas culturales negativas y de persecución, el estigma, la discriminación y la sanción social. En lo cotidiano con el insulto o la agresión, encontrando casos más graves pero –por desgracia muy comunes; la violencia se potencializa y se convierte en violencia física, violaciones y asesinatos por homofobia , lesbofobia, bifobia y transfobia
En diversas zonas del país, ciudades y municipios, la violencia y crímenes  de odio por intolerancia como “limpieza social”  por orientación sexual y de identidad de genero, ha vulnerado el derecho a la vida, especialmente contra las personas transgeneristas, trabajar por su reducción, denuncia y penalización es un trabajo que debe hacerse mancomunadamente y explicitado en la norma jurídica. Igualmente son recurrentes las detenciones arbitrarias y prejuicios para restringir el acceso a la circulación en espacios públicos contra las personas LGBT en especial las Trans.
Requerimos exigir a la Fiscalía, Policía y entidades administrativas del orden nacional para que rindan informes en el tema, para cuestionar la OMISION de Estado, despertar expectativas, colocar el tema en la agenda pública y política., generar instrumentos para que se estudien e investiguen los crímenes de odio y delitos relacionados con la orientación sexual e identidad de géneros.   
  1. LA DEMOCRACIA UNA RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS GAYS, LESBIANAS, BISEXUALES Y TRANS.
Apoyamos e impulsamos las protestas de la ciudadanía, las movilizaciones populares, las luchas cívicas y las distintas expresiones de resistencia y descontento contra las políticas antisociales  y todas las formas de dominación, exclusión o discriminación. Haremos valer nuestra voz en los espacios que se requieran y le apostaremos a la democracia como la forma moderna de ser y estar en el mundo.

En concreto: soñamos un mundo de  justicia social, económica y política, de salud, de equidad, de derecho al placer y de amor.